Laicos dominicos, predicadores de la esperanza en Europa
Los laicos domincos de las farternidades Europeas se reunen en la X Asamblea de Fraternidades Laicales Dominicanas de Europa.
Crónica del jueves, 5 de octubre, enviada por D. Jose Alberto de Blas OP
Tras los laudes, iniciamos la Asamblea Europea de las Fraternidades Laicales Dominicanas entonando el himno del Jubileo, recuerdo de todo lo vivido y compartido y signo de nuestro envío a la misión de predicar.
A continuación Leny, del ECLDF (Consejo Europeo de las Fraternidades Laicales Dominicanas), y Cristina, como Presidenta de la Fraternidad de Portugal agradecieron nuestra participación y nos dieron la bienvenida destacando algunas claves sobre la asamblea y el país que nos acoge.
Seguidamente comenzó la ponencia de fray Bruno sobre el lema de esta X Asamblea: Laicos dominicos, predicadores de la esperanza en Europa. Lamentó que solo nos pudiera acompañar un día, debido a su agenda, pero su intervención fue realmente sugerente e inspiradora.
Distribuyó su ponencia en tres apartados. El primero fue el significado y las implicaciones de ser laicos predicadores. Esto equivale a ser evangelizadores y continuar así una tarea y la dimensión fundamental de toda la Iglesia. La identidad de la Orden es estar en la Iglesia, como está en el mundo. La Iglesia se fortalecerá por la evangelización, por la proclamación del Reino de Dios. Todos los laicos están llamados a ser actores de la evangelización. Las fraternidades son nuestra forma de predicar, en comunidad. Una comunidad de hermanos y hermanas, de creyentes. Un recuerdo de que la Iglesia es una comunidad. Somos predicadores en comunidad, como somos parte de la comunidad humana.
Posteriormente abordó el significado de ser predicadores de la esperanza: explicó cómo a Santo Domingo se le unían gente en sus predicación, y se formó una comunidad de gente diversa, al igual que pasó con Jesús. Nuestra primera esperanza es que esto es posible para la Iglesia. Como Familia Dominicana podemos ayudar a la Iglesia y a la Orden en esta tarea de predicación comunitaria. Tenemos la esperanza de que en cada ser humano hay una semilla para ser un actor de la comunidad humana. La búsqueda de la comunión es para mí esencial hoy en día como misión de la Orden. La fraternidad es fundamental no sólo para organizar nuestra vida, sino como forma de vida.
Finalmente habló sobre nuestro contexto Europeo: es un lugar muy específico en el mundo. Somos diversos, pero buscamos la unidad. En la historia hemos impuesto a otros nuestra forma de ser y de vivir. Debemos ser humildes en esto. Porque somos uno de esos lugares donde las guerras han sido terrible para nosotros y para el mundo. Esto ha sido un error. El que el poder de Europa sea menor no es malo, el camino de la humildad es bueno para buscar nuestra fortaleza. Existe una situación de envejecimiento de la población, pero no es un pecado ser mayores. Debemos ser responsables con lo que hemos recibido y transmitírselo a otros. La fraternidad no es es algo que tengamos que hacer. Es como tenemos que vivir y a lo que estamos llamados a convertirnos.
En el turno de preguntas surgieron varios problemas y situaciones como el esclavismo de tantos países europeos en las épocas coloniales, una tentación de nuestra historia que no podemos repetir. Con respecto a la inmigración no sólo hay que dar respuestas en nuestros países para acogerles, también hay que tomar la palabra para que sean tratados con dignidad en sus países y no se vean forzados a huir.
También se habló del reto de la juventud. Fray Bruno destaca la importancia de que los laicos acompañen a los jóvenes, incluidos sus hijos. Los jóvenes no son un grupo anónimo al que que ofrecer respuestas de manual, son personas concretas con los que hay que vivir, tener una relación personal. La fortaleza de la Iglesia es la de las relaciones interpersonales. Tenemos que entender muy bien cuáles son los retos a los que nos enfrentamos y acompañarlos desde el dialogo, generando un diálogo desde el que abordar sus preguntas más profundas.
También surgieron situaciones de división en la Iglesia o de debilidad ante las que el Maestro se nos invitaba a superar la autoreferencialidad De la Iglesia y a dejarnos tocar por los otros, que nos descentren, ser de verdad hospitalarios.
Este profundo diálogo permitió aterrizar en los anhelos de nuestra realidad europea y que la eucaristía que celebramos a continuación, presidida por el Maestro, tuviera un pleno sentido de comunión como laicos dominicos. Además tuvimos la profesión solemne de un laico perteneciente a la fraternidad de Oporto.
La tarde estuvo dedicada a compartir la realidad de los laicos dominicos en cada provincia. Gracias al Consejo Europeo pudimos conocer de un primer vistazo las presencias de las fraternidades, así como el número de miembros. En la presentación de cada país se profundizó en su realidad más allá de los números. Así pudimos tomar consciencia de que en la mayoría de países se daba un cierto envejecimiento. Pero también de la diversidad de presencias, de la forma de ser comunidad, y sobre todo la gran riqueza de nuestra predicación como laicos dominicos y como está se adapta a cada contexto y a las necesidades y situaciones que se presentan.
A continuación, los 5 miembros del consejo europeo (ECLDF) presentaron el informe del trabajo realizado en estos 4 años. Presentaron las principales líneas de trabajo y como se habían desarrollado las tareas de cada área. Finalizamos compartiendo la oración con los misterios luminosos del Rosario guiados por los laicos de Irlanda y con las vísperas.