Retiro en Los Molinos
El pasado fin de semana, días 2 y 3 de febrero, la fraternidad de Atocha tuvo una convivencia en la localidad madrileña de Los Molinos. Fueron dos días de compartir, orar y contemplar la Palabra, llevándola cada uno a su vida.
El viernes la oración fue en torno a los 5 defectos de Jesús, que escribió Van Thuan dando razones de su fe y dejando claro que el Amor está por encima de todo. Que Dios no tiene buena memoria y por eso es capaz de perdonar todo, e invita a perdonar a todo el mundo cómo Él hace; que Dios no entiende de matemáticas, todos son importantes para Él, en especial los que más lo necesitan. Que Dios no tiene la misma lógica que las personas, su alegría la comparte con todos. Que Dios es un aventurero, no garantiza seguridades, pero si la felicidad a aquellos que le sigan. Y por último, que Dios no entiende de finanzas, porque es amor infinito, sin límites, sin medida.
El sábado después de rezar laudes, se reflexionó sobre la encarnación. Primero se visualizó el vídeo de estas Navidades de Dominicos, cuyo mensaje principal es que Dios viene al encuentro, en cada persona y acontecimiento, viene a dar fuerza y generar nuevas posibilidades; para recordar el papel de todos como Mensajeros, y el compromiso de salir al encuentro y despertar los dones que nos da a cada uno. Se tomó de referencia el texto del Evangelio de Lucas 2, 1-14, el Nacimiento de Jesús como una alegría para todos los pueblos; y el texto del descendente de Dolores Aleixandre, donde habla de que Dios calladamente decide bajar y acampar en el mundo; de cómo muchos pueden quedar afectados por el descendente y desde entonces intentar hacer vida su Evangelio; ese Niño que de mayor se empeñó en bajar a buscar a la gente más hundida, para auparlos hacia la vida. El texto invitaba a bajar al fondo, los errores y fracasos y ver que Dios los había ya iluminado con su presencia. Invitaba a desalojar ese Yo, para dejar espacio a otros y ser sencillamente lo que de verdad cada uno es. El segundo paso era no calificar una situación de irremediable, porque entonces se negaría el poder de sanar y transfigurar cualquier realidad mediante el amor del Descendente. Por último, el texto impulsaba a bajar al encuentro de tantos sepultados, en una sociedad donde sólo se valora a los que ascienden y se oculta a los de abajo; sabiendo que Dios siempre acompaña en el camino.
Tras un rato de reflexión personal y un enriquecedor compartir, hubo un momento lúdico consistente en identificarse: con un personaje bíblico, una obra de misericordia, una cita bíblica… y luego intentar adivinar quién era cada uno.
Después llegó el momento de reflexionar sobre la compasión. Se leyó el Evangelio de la viuda de Naím, donde Jesús se compadece de ella y devuelve la vida a su único hijo; también se utilizó la anécdota de Santo Domingo al vender sus libros (lo más valioso que tenía), porque la gente no podía morirse de hambre, mientras él estudiaba en pieles muertas, siendo un ejemplo para otros personajes de la época. Luego se proyectó el videoclip de la canción “¿Quién?” de Luis Guitarra, y se hizo una rutina de pensamiento que consistía en sacar 3 ideas-2 preguntas-1imagen. Tras las reflexión y oración personal hubo un compartir, en el que se tuvo presenta la situación de tantos migrantes, personas solas… Se hizo hincapié en la importancia de no quedarse sólo en la compasión contemplativa, hay que dar el paso al compromiso. Es importante aprender a mirar quién sufre a nuestro alrededor, estar cerca de él; verlo como un hermano, sanar las heridas, construir puentes, estrechar lazos, ayudarnos mutuamente a llevar las cargas, detenernos ante el otro las veces que sea necesario, hacer presente a Jesús, contemplar la Palabra y construir su Reino.
Tras coger fuerzas con una rica y abundante comida fraterna, llegó el momento de reflexionar sobre la predicación. Recordando la importancia de ser predicadores de la gracia ya que Dios es Buena Noticia para todos. Dios ama tanto a cada uno, es tan cercano, que podemos llamarle ¡Abba! Después se profundizó sobre la persona de María, la llena de gracia, que supo confiar en Dios y hacer su voluntad. Se cuestionó si cada uno era capaz de confiar en Él y hacer vida lo que Él había soñado para cada uno de los presentes, siendo como un lápiz en manos de Dios. Por último, tomando de referencia la cita “Yo soy la Vid y vosotros mis sarmientos” se resaltó la importancia de estar unidos a Dios, de tener momentos de oración y contemplación, para después dar lo contemplado.