Día 4: "Las comunidades laicales son los actores de los cambios en la Iglesia"
Tras un largo y fructífero dialogo con fray Bruno ha destacado el profundo cambio que está viviendo la Iglesia y en el que los laicos tienen una presencia importante.
Hoy domingo, cuarto día del Congreso, Solemnidad de Nuestra Señora la Virgen del Rosario. Comienza el día con una fría mañana, y como siempre, con la oración personal ante el Santísimo.
Tras el desayuno, se ha celebrado la eucaristía, en esta ocasión presidida por el M.O. fray Bruno Cadoré O.P., y esta vez toda en lengua francesa. En la homilía el maestro ha animado a todos a trabajar para constituir una Iglesia como un solo cuerpo, en la que todos los miembros son necesarios e imprescindibles y que ninguno de ellos puede hacer nada si no es en consonancia con el resto.
Finalizada la eucaristía, se ha entablado un largo y fructífero dialogo con fray Bruno, abierto a cualquier pregunta de los participantes del congreso. Comienza disculpándose ya que, no puede quedarse por más tiempo en el congreso -como era su intención- y comunica a la asamblea que ha sido llamado a participar en las sesiones del Sínodo de los Obispos.
Se dirige a la asamblea diciendo que la Iglesia está viviendo un profundo cambio en el que los laicos tienen una presencia importante en una Iglesia que quiere ser fundamentalmente evangelizadora. Además, insiste diciendo que la Orden forma parte fundamental de esa Iglesia como, quizás, una Iglesia familiar, pero que no quiere ni puede ser ajena a la misión de la Iglesia de Cristo.
Continua diciendo que, gozamos de una riqueza envidiable y es que, vivimos, oramos y trabajamos en familia, en la que todas las ramas y miembros son fundamentales para la misión de la Orden. Hay que aceptar y asumir todas las variables que se encuentran a nuestro alrededor pero, como en las matemáticas, debemos integrar todas estas variables para constituir un cuerpo fuerte y unido. En resumen, tenemos que reunir a toda la Orden alrededor de la mesa de la FRATERNIDAD, y que ésta sea el eje central de nuestra acción.
Terminado este dialogo toda la asamblea se ha congregado en la explanada de la Basílica de la Virgen para participar de la foto de recuerdo.
Después del almuerzo, se han dirigido al Monasterio Internacional de Clausura -conocido como “Del Rosario Perpetuo”- para rezar el rosario, preparado por las monjas y contando con la participación de las hermanas de vida activa que residen en Fátima, así como de los miembros de las fraternidades de Fátima y Lisboa y algunos frailes del convento que se encuentra próximo al monasterio.
La celebración del rezo del rosario ha tenido lugar en el patio de entrada donde se erige una figura de la Virgen del Rosario con el niño en brazos y que está entregando a Santo Domingo el Rosario, y éste a su vez, apoya la cabeza sobre el seno de la Virgen (una imagen muy bonita).
Luego en el convento de los frailes han saboreado una copiosa merienda-cena muy bien preparada por la familia dominicana. A su término, la asamblea ha disfrutado de tiempo libre. Para otros, ha sido momento de emprender el viaje de vuelta, como fr. Bruno O.P., la representante del IDYM, Mónica Marco, y algunos miembros venidos desde el continente africano.
También mientras, unos regresaban al hotel para terminar de preparar los documentos de las distintas comisiones para una futura votación; otros se han dedicado a pasear por la bonita ciudad de Fátima aprovechando el buen tiempo antes de la puesta de sol.
José Vicente Vila O.P.