La Familia Dominicana Salmantina prepara el Adviento
La Familia Dominicana Salmantina se reunió el sábado, 27 de noviembre para celebrar un retiro preparatorio para el Adviento.
La Familia Dominicana Salmantina se reunió el sábado, 27 de noviembre para celebrar un retiro preparatorio para el Adviento. El retiro presidido por el prior de San Esteban, fray Rafael González Blanco tuvo lugar en la Iglesia del convento de las Dueñas.
Reunidos los frailes, los estudiantes, las monjas de clausura y los miembros de la fraternidad laical dominicana comenzamos recordando como en los próximos días la profecía de Isaías se cumple en Jesús de Nazaret.
La oración, el silencio, los cantos prepararon nuestros espíritus para recibir la reflexión que nos dirigió fray Rafael.
Con la lectura de Isaías y del Evangelio de Lucas como telón de fondo el padre Rafael nos puso frente a lo que nos ha pedido el papa Francisco para este tiempo de Adviento: en primer lugar el rechazo absoluto a todo tipo de violencia y en segundo lugar nuestra máxima disposición para la humildad que debe ir más allá…hasta la humillación.
Otro aspecto a destacar de su profunda reflexión fue el del espíritu que debe reinar en nuestra familia dominicana hoy y siempre. Hoy en el tiempo de Adviento, pero siempre: el sentido de la fraternidad y la comunidad que va más allá de la caridad.
Compartir, celebrar juntos en la mesa de la Eucaristía. A la mesa de la Eucaristía con Domingo, mesa de la palabra, mesa de la comunidad, mesa de la familia. “Insistimos mucho sobre las diferencias, pero debemos fijarnos más en lo que nos une, ser más humildes, más sencillos. Tiempo para buscar la paz, tiempo para buscar la salvación”.
Llenos de alegría y sintiendo la esperanza que nos trae el comienzo del nuevo año Litúrgico, el prior nos invitó a vivir la ternura de Dios, que es lo que celebramos en Navidad y a trabajar nuestra interioridad más y más.
Escuchar La Palabra, meditarla, guardarla y anunciarla.
Todos juntos dimos gracias a Dios, hicimos la oración de los fieles y nos dirigimos a nuestra Madre: María, virgen del silencio queremos escuchar a Dios en el murmullo de la vida, en los acontecimientos de la historia...
Así terminó nuestro retiro y este primer paso a la preparación de la venida de Jesús. En medio del imponente marco del convento de San Esteban y el convento de las Dueñas y con el frio salmantino departimos brevemente como familia que somos.
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