Día 7: Y llegó el último día
Como bien dice el refrán: después de la tempestad llega la calma. Transcurrido el día anterior entre presentaciones, estudio, modificaciones y aprobación de las propuestas presentadas por las comisiones de trabajo a la Plenaria; llega el último día, donde la relajación y las despedidas reinan.
Tras la última oración personal en la Capilla y posterior desayuno, en esta ocasión se ha rezado la oración completa de Laudes, ya que la Eucaristía iba a tener lugar con posterioridad en la “Capelinha” de las Apariciones, preparado por los representantes de la Provincia de Hispania, a petición de Fr. Rui O.P.
Finalizado el rezo, ha habido un pequeño acto de conclusión del Congreso con entrega de diplomas a las personas que han destacado por diversos aspectos a lo largo de estas jornadas.
Uno de los homenajeados ha sido el designado como “Médico del Congreso”: el presidente de la Provincia Hispania, José Vicente Vila -junto con otros dos hermanos más- el cual tuvo que “abrir consulta” en varias ocasiones.
Fr. Rui Carlos, realizó la Homilía en los idiomas oficiales de la Orden: inglés, español y francés. En la misma, trató el tema de cómo éste lugar –Fátima- puede ayudar a comprender la vocación de cada uno y la misión de la predicación; señalando, entre otros aspectos, que Fátima es un lugar de Paz, ya que de ahí proviene el nombre del sitio concreto donde se produjeron las apariciones: la Cova de Iria.
A su término comenzaron las despedidas, con la alegría de haber realizado con satisfacción el trabajo del Congreso y haber conocido a muchas personas, de diversos países, distintas entre sí, pero todas unidas en el seguimiento a Nuestro Padre Santo Domingo y a Jesús de Nazaret.
Hasta aquí las crónicas de este Congreso. Pero antes de concluir quisiera poner por escrito mi sensación personal de orgullo de pertenecer a la Orden de Predicadores, y en particular a la Provincia de Hispania. Además de haber podido participar en este Congreso teniendo como compañeros de representación a Fr. Juan Carlos Cordero, O.P. –Promotor Provincial- y José Vicente Vila, O.P. –Presidente-. Y qué mejor manera de explicar los motivos de este doble orgullo con dos ejemplos:
Por un lado, como he mencionado al principio, esta mañana Fr. Rui Carlos Antunes O.P. nos pidió a José Vicente y un servidor, que junto con Fr. Juan Carlos, O.P., y como representantes de la Provincia de Hispania, dirigiéramos los Laudes. Cuando le preguntamos si nos daba alguna sugerencia de cómo realizar el acto, su respuesta fue que teníamos total libertad porque tenía plena confianza en Hispania.
Y por otro lado, en la tarde de ayer, cuando se estaban estudiando las propuestas de la Comisión de Formación, se presentó un escollo bastante grande habiendo muchas intervenciones sobre una propuesta que no se terminaba de concretar a satisfacción de la Asamblea. La intervención de José Vicente, que había trabajado en dicha Comisión, y que dio una explicación y justificación muy convincente y, sobre todo, la intervención de Fr. Juan Carlos, quien sugirió una nueva redacción de varios apartados del texto propuesto, hicieron que lo que se había encallado con visos de no llegar a buen puerto, se pudiera finalmente aprobar por la Asamblea; recibiendo incluso Fr. Juan Carlos la felicitación y enhorabuena por parte del Socio para la Vida Apostólica, Fr. Orlando Rueda, O.P., quien estaba presente en el Congreso.
Después de estas palabras, hasta aquí nuestra visión de lo acaecido en este Congreso Internacional de Fraternidades Laicales. El próximo será, D.M., dentro de diez años. En este caso, y una vez regresado a casa: desde Córdoba, fraternos saludos.
Antonio-Jesús Rodríguez, O.P.