FIN DE CURSO DE LA FRATERNIDAD DE BARCELONA
La Fraternidad laical de Santo Domingo de Barcelona, desde hace años, finaliza el curso con una excursión y aprovechan la salida para visitar algún Monasterio o Iglesia de las muchas que hay en Cataluña. Durante tres años y por seguridad habían interrumpido esta costumbre.
La Fraternidad laical de Santo Domingo de Barcelona, desde hace años, finaliza el curso con una excursión y aprovechan la salida para visitar algún Monasterio o Iglesia de las muchas que hay en Cataluña. Durante tres años y por seguridad habían interrumpido esta costumbre.
El pasado 26 de junio efectuaron el fin de curso con una excursión diferente ya que la hicieron en Barcelona y visitaron una Basílica única en el mundo, la Basílica de la Sagrada Familia, con una visita guiada a la que asistieron 20 personas, el Asistente Religioso de la Fraternidad Fr. Alejandro López, hermanos de la Fraternidad, familiares y simpatizantes.
Invitaron al Promotor Provincial y al Presidente Provincial y así mantener una reunión con los hermanos de la Fraternidad. Fr. Juan Carlos Cordero no pudo asistir por compromisos de la Orden, ya que el día anterior tenía que estar en Vitoria. El que sí que les acompañó fue el Presidente Provincial D. José Vicente Vila, su esposa Herminia y su nieta Isabel.
La guía turística les explicó ampliamente la historia, arquitectura y simbología religiosa de la Basílica y la fase de construcción en la que se encuentra actualmente.
Se inició la construcción en el año 1882. Es la obra maestra del Arquitecto catalán Antoni Gaudí y el máximo exponente de la arquitectura modernista catalana. Cuando esté finalizada, será la iglesia cristiana más alta del mundo.
La Sagrada Familia es un reflejo de la plenitud artística de Gaudí: trabajó en ella durante la mayor parte de su carrera profesional, pero especialmente en los últimos años de su carrera, donde llegó a la culminación de su estilo naturalista, en la que logró una síntesis de todas las soluciones y estilos probados hasta aquel entonces. Gaudí logró una perfecta armonía en la interrelación entre los elementos estructurales y los ornamentales, entre plástica y estética, entre función y forma, entre contenido y continente, logrando la integración de todas las artes en un todo estructurado y lógico.
Desde 1915, Gaudí se dedicó prácticamente en exclusiva a la Sagrada Familia, que supone la síntesis de toda la evolución arquitectónica del arquitecto. Después de la realización de la cripta y el ábside, todavía en estilo neogótico, el resto del templo lo concibió en un estilo orgánico, que imita las formas de la naturaleza, donde abundan las formas geométricas regladas. El interior debía semejar un bosque, con un conjunto de columnas arborescentes inclinadas, de forma helicoidal, que crean una estructura a la vez simple y resistente. Gaudí aplicó en la Sagrada Familia todos sus hallazgos experimentados anteriormente en obras como el parque Güell o la cripta de la Colonia Güell y consiguió elaborar un templo estructuralmente perfecto a la vez que armónico y estético.
La Sagrada Familia tiene planta de cruz latina, de cinco naves centrales y transepto de tres naves, y ábside con siete capillas. Ostenta tres fachadas dedicadas al Nacimiento, Pasión y Gloria de Jesús y, cuando esté concluida, tendrá dieciocho torres: cuatro en cada portal, haciendo un total de doce por los apóstoles; cuatro sobre el crucero, invocando a los evangelistas; una sobre el ábside, dedicada a la Virgen; y la torre-cimborrio central, en honor a Jesús, que alcanzará los 172,5 m de altura. El Templo Expiatorio dispondrá de dos sacristías junto al ábside y de tres grandes capillas: la de la Asunción, en el ábside; y las del Bautismo y la Penitencia, junto a la fachada principal. Asimismo, estará rodeado de un claustro pensado para las procesiones y para aislar el templo del exterior. Gaudí aplicó a la Sagrada Familia un alto contenido simbólico, tanto en arquitectura como en escultura, ya que dedicó a cada parte del templo un significado religioso.
En la fachada de la Pasión se halla este cuadrado mágico de dieciséis cifras que, sumando cuatro de ellas en cualquier sentido, siempre dan treinta y tres, la edad de Cristo al morir.
Este Templo es de una extraordinaria belleza y lleno de detalles, que el visitante no sabe hacia qué dirección dirigir su mirada.
Después de la visita que duró aproximadamente una hora y media, se dirigieron al Convento de Santa Catalina Virgen y Mártir para reponer fuerzas y mantener una reunión con el Presidente y la Fraternidad. Después para reponerse del todo comieron en un restaurante cercano; en esta ocasión también les pudo acompañar otro fraile muy querido de la Fraternidad, Fr. Xavier Català.
Después de la comida se despidieron del Presidente, esposa y nieta, deseándoles buen viaje de regreso a su casa, y agradecieron su compañía, amabilidad y buenos deseos para todos los hermanos de la Fraternidad.
Los hermanos de la Fraternidad que les fue posible finalizaron la jornada con la Eucaristía de acción de gracias por todo lo acontecido aquel magnífico día.
Ver fotografías