La Familia Dominicana Salmantina celebra su retiro de Cuaresma
El sábado, 17 de febrero se reunió la familia Dominicana Salmantina en el convento de las Dueñas para celebrar su tradicional retiro de cuaresma.
Las monjas, los frailes, los laicos y amigos de la familia dominicana disfrutaron esta soleada mañana de la preparación para la Pascua siguiendo un buen camino de cuaresma.
Dirigió el retiro Fr. Rubén Lucero Biondo quien ha sido propuesto como Asistente Religioso de La Fraternidad Laical de Salamanca. Fr. Rubén acaba de llegar a esta ciudad procedente de Montevideo, donde se desempeñaba como Síndico y Consejero del Vicariato Provincial y También como párroco en la Iglesia de Nuestra Señora del Rosario y Santo Domingo. Profesor de Teología y director espiritual del seminario mayor de Uruguay. Todos los asistentes al retiro han podido disfrutar de una meditación calificada como hermosa y profunda.
El retiro comenzó con el salmo 118, 169-176. Las angelicales voces de las hermanas Dominicas llenaron la capilla y así se preparó el ambiente para la meditación, que a continuación dirigió Fr. Rubén.
El P. Lucero Biondo invitó a los asistentes a un encuentro con El, con el Señor y con “nosotros mismos “y a un encuentro con la Familia Dominicana teniendo presente aquella frase mítica de Santo Domingo: “hablar con Dios y de Dios…”.
De la calidad de la Cuaresma dependerá la calidad de la Pascua. Lo primero que recordó Fr. Rubén fue el sentido de conversión de la cuaresma, el cual es un proceso humano, intelectual, afectivo y teologal. Ante esta situación, lo primero es clarificar la imagen que cada uno tiene de Dios. Un Dios misericordioso? Un Dios que Castiga y juzga? Un Dios que ama como padre?....
El Evangelio proporciona tres grandes coordenadas para seguir el camino cuaresmal: La gracia, la penitencia y la misericordia apoyadas por la oración, el ayuno y la limosna.
Para rezar solo se necesita buena memoria para orar se necesita ser de Dios, así, pues, la oración es la que apoya la primera coordenada.
La segunda coordenada, la penitencia debe ser apoyada por el ayuno, pero no un ayuno material, sino el que permite mejorar la relación con Dios y con el prójimo. “¿Soy un espacio sagrado de Dios?” dijo textualmente el dominico.
La tercera coordenada, la misericordia es en la cual se visibiliza el amor incondicional de Dios. Dios acompaña, pero no interfiere en la libertad del hombre, ni nunca pierde la confianza en los seres humanos. La misericordia se debe acompañar de la limosna, de la caridad. La corresponsabilidad es un principio básico de la Doctrina Social de la Iglesia. Hay más felicidad en dar que en recibir. La limosna se gesta en el secreto del corazón.
Para concluir Fr. Rubén dejó a los asistentes dos preguntas de gran calado.
“¿Qué falta convertirse en mi corazón para reflejar a Jesús en la vida cotidiana? ¿Qué puedo ofrecerle en esta cuaresma?”
La sesión se cerró con el canto de la salve.
Ya en la calle todos comentaban y alababan la meditación que ofreció Fr. Rubén y pedían que se les hiciera llegar para seguirla saboreando a lo largo de esta cuaresma.