RETIRO DE ADVIENTO DE FAMILIA DOMINICANA DE CATALUÑA
“VIVIR LA POBREZA EVANGÉLICA EN LA EXHORTACIÓN DILEXI TE”
Con motivo del Adviento, al igual que cada año, la Familia Dominicana de Cataluña se reunió para vivir una jornada de reflexión en la Casa de las Hermanas Dominicas de la Anunciata, situada en la calle Elisabets de Barcelona. Fue un encuentro pensado para preparar el corazón y disponer el espíritu para este tiempo litúrgico.
En esta ocasión les acompañó Fray Alejandro López O.P., quien ofreció una charla que se centró en la exhortación apostólica “DILEXI TE” ("A ti te he amado", Ap 3, 9) del Papa León XIV, que reflexiona sobre el amor hacia los pobres. Esta Exhortación tiene carácter pastoral y es interesante el título, se refiere al libro del Apocalipsis.
El Papa León XlV tomó como base el proyecto iniciado por el Papa Francisco, continuándolo y concluyéndolo con sus propias reflexiones. Fray Alejandro desglosó con profundidad cada uno de los cinco capítulos de esta Exhortación, un documento profundamente enraizado en la Sagrada Escritura. El mensaje central de esta enseñanza no es solo una llamada a la beneficencia humana, sino a un encuentro más profundo con el Señor de la historia, que se hace presente en la pobreza.
Dios se adelanta a la persona oprimida para liberarla antes incluso de que esta lo pida. No podemos amar a Dios a quien no vemos si no amamos al hermano que sí vemos. La opción preferencial por los pobres no es una opción excluyente; es una expresión del amor divino. Dios es AMOR y, al encarnarse en nuestra historia, asume nuestra condición humana. Esta Encarnación es un acto de amor, que redime nuestra pobreza, pues todos, de una u otra forma, somos pobres y, al mismo tiempo, somos redimidos por el Dios Encarnado.
El testimonio de la Iglesia primitiva nos recuerda que el primer mártir, San Esteban, fue diácono y se dedicó a la atención de los pobres. Para San Lorenzo, diácono y mártir, la verdadera riqueza de la Iglesia eran los pobres, a quienes amaba y cuidaba. San Agustín, pastor vigilante, habla de la caridad con el pobre como algo de justicia social.
Para Santo Tomás de Aquino, el bien común es algo que el cristiano ha de tener. San Raimundo de Peñafort, libera a los esclavos, la caridad se convierte en liberadora. Otro rostro de la pobreza son los enfermos, en quienes Cristo mismo se encarna. La liberación de la esclavitud es, en última instancia, la liberación de la pobreza.
Para nuestro padre Santo Domingo, la pobreza evangélica que abrazó y promovió en su Orden tenía un propósito fundamental: hacer creíble el Evangelio de Jesús. La pobreza no solo se vive en la carencia material, sino como una forma de vivir el Evangelio, que se predica, se ofrece, pero no se impone.
Otra faceta de la pobreza es la falta de educación, la ignorancia, que es también una forma de pobreza que requiere ser sanada. Aquí entra de lleno la labor educativa de la rama femenina de la Familia Dominicana, que trabaja incansablemente para aliviar esta pobreza.
El pobre, en cualquiera de sus formas, nos evangeliza. Solo desde una vida en la que predomina el amor cristiano es posible superar las barreras que nos separan, acercarnos a los que están lejos y realizar milagros, como hizo el Buen Samaritano en la parábola. Nos invita, por tanto, a vivir una pobreza evangélica auténtica, una pobreza que se hace creíble y transformadora, y para ello es necesario leer la Biblia y ver cómo Cristo mismo vivió esta pobreza.
El retiro concluyó con una Eucaristía presidida por Fray Alejandro, en la que todos los presentes participaron. Posteriormente, compartieron un fraternal piscolabis, donde, en un ambiente de comunión y alegría, pudieron compartir lo vivido y las reflexiones de la tarde.
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