Reunión de inicio de curso formativo de las Fraternidades de Torredonjimeno, Jaén y Alcalá la Real
EL "SERMÓN DE LA MONTAÑA" COMO LA "CARTA MAGNA" PARA LOS LAICOS DOMINICOS
TORREDONJIMENO, 30 de octubre.
Las Fraternidades Laicales de Santo Domingo de Torredonjimeno, Jaén y Alcalá la Real celebraron una significativa reunión de inicio de curso formativo, centrada en un ambicioso programa de ocho sesiones que busca establecer un código moral y espiritual permanente para el discípulo de Cristo.
El encuentro, celebrado en Torredonjimeno, comenzó con la bienvenida de la presidenta local, quien motivó a los asistentes a acoger el curso con una clara actitud de cambio personal, comunitario y eclesial.
La jornada se enfocó en la "Sesión 0: La Carta Magna del discípulo", cuyo objetivo es presentar el Sermón de la montaña (Mateo 5-7) como la brújula y el autoevaluador para la vida del Laico Dominico.
MATEO 5-7: LA CONSTITUCIÓN DEL REINO.
El contenido central de la sesión presentó el Sermón de la montaña como la "Constitución del Reino de Dios", que responde a la pregunta de cómo debe ser un verdadero predicador y discípulo.
Los asistentes reflexionaron sobre si su vida laical y dominicana se alinea con la luz del sermón:
Las Bienaventuranzas: Se abordaron como el "retrato de la santidad" y el anti-carisma del mundo - lo que el mundo desprecia, Dios lo llama bienaventurado -. Estas fueron usadas como un autoevaluador para medir la autenticidad del carisma, conectando actitudes interiores (como ser "pobres de espíritu" o "misericordiosos") con los pilares dominicanos (pobreza, compasión, contemplación).
Ser sal y luz: La formación enfatizó que la misión del laico es "sazonar" el mundo desde dentro (familia, trabajo, política), no retirarse. Se subrayó que la predicación eficaz comienza con el testimonio de vida y la coherencia.
Ntro. P. Sto. Domingo de Guzmán: Se destacó que Santo Domingo fundó su Orden con una lectura radical de la vida evangélica y su vida es la traducción de Mateo 5-7.
VISIÓN PRÁCTICA Y CARIDAD DE LA VERDAD.
El programa de formación integra la Sagrada Escritura, el testimonio dominicano (comenzando por Santo Domingo) y la aplicación práctica a la vida y la Fraternidad.
En el eje de concreción práctica, se invitó a revisar la vida individual mediante las peticiones del Padrenuestro y a regir la vida comunitaria por Mateo 7, 12, para que la Fraternidad sea un lugar de caridad y no un "tribunal de juicio".
La sesión concluyó con la afirmación de que la Caridad de la Verdad exige la radicalidad de Mateo 5-7, buscando la perfección en el amor para ser un predicador creíble.
La reunión culminó con un momento de hermandad junto a las monjas y unos dulces, celebrando la comunión, la Familia.
